Cerrar bien la boca es un gesto de salud. Aunque parezca algo sencillo, no todo el mundo es capaz de hacerlo. No ya por falta de discreción, sino por lo que técnicamente se llama una mala oclusión. Algo que se da cuando las piezas dentales no encajan con exactitud.
¿Es un problema importante? Tanto como ignorado en la mayoría de las ocasiones. Pero sus consecuencias no son para dejarlas pasar: hasta un dolor de espalda puede esconder un mal encaje de las mandíbulas.
Hasta un 23% de los adultos en nuestro país sufre este problema dental. Y tras él se halla una de las razones del ‘boom ‘que está experimentando en la actualidad la ortodoncia para adultos. Con ‘brackets’ de colores, cerámicos o aparatos invisibles, fijos o removibles, lo cierto es que es un tendencia en boca de todos.
Casos de Ortodoncia en Adultos en España
En España, el Consejo General de Dentistas ha realizado una encuesta sobre salud oral que revela que entre un 2 y un 3% de adultos de entre 35 y 45 años lleva un tratamiento de ortodoncia en el momento de la exploración en el dentista. Una cifra que, aun elevada, sería muy superior si todo el que la necesita (el referido 23%) por mala oclusión la llevase.
Aunque la estética sea «una motivación importante», la demanda basada exclusivamente en ella es minoritaria.
hay pacientes con un problema clínico grave que no aprecia ningún problema estético;y, al contrario, personas con cuadros leves que están muy insatisfechas con su apariencia.
Pero más que la lícita aspiración de tener una sonrisa ‘profident’, la ortodoncia sirve para evitar problemas de salud tales como tensión en los músculos implicados en la masticación, con el consiguiente dolor que a veces puede ser parecido a las cefaleas, el síndrome de ATM (articulación temporomandibular, la que permite abrir y cerrar la boca, que cuando se daña causa dolor e incluso puede llegar a incapacitar para abrir y cerrar la boca en los casos más graves), así como dolores en el cuello los hombros y la espalda, entre otros. En un eje equilibrado en la boca se sustenta la salud postural de muchas partes del cuerpo.
A pesar de que pueda sospechar que necesita algún tipo de aparato, solo un dentista podrá diagnosticar la necesidad de llevarlo. Un examen clínico, en el que intervengan modelos en yeso de los dientes, radiografías y fotografías, determinará si necesita someterse a lo que comúnmente se ha asociado con una tortura propia de preadolescentes.