El cuidado de la salud oral es esencial para que la practica deportiva sea más segura y placentera.
Por lo tanto, mantener la salud bucal es tan importante como la física para un buen rendimiento.
En la boca encontramos un gran número de bacterias (muchas de ellas, exclusivas de esta región) que entran en contacto con el torrente sanguíneo y pueden dar lugar a enfermedades sistémicas como consecuencia de focos de infección procedentes de los dientes o de los tejidos que los rodean.
Así mismo, si no se mantiene una higiene oral adecuada, estas bacterias forman placa bacteriana sobre los dientes, lo cual constituye un acúmulo de gérmenes que pueden generar caries o enfermedad periodontal.
La nutrición del ciclista por lo general, es rica en hidratos de carbono, lo cual induce a la formación de placa bacteriana. Así mismo, la ingesta frecuente de geles, barritas y bebidas con alto contenido en azucares (que normalmente de adhieren al esmalte de los dientes) y la imposibilidad para cepillarse durante las largas sesiones de entrenamiento o la competición predisponen a padecer un mayor número de caries y patología periodontal.
Otro aspecto a tener en cuenta es una correcta oclusión que nos permita tanto una correcta masticación como nos evite dolores musculares (cabeza, cuello, espalda).
Las ausencias dentarias pueden conllevar una mala masticación y por lo tanto una mala digestión de los alimentos; así como una sobrecarga tanto de los dientes presentes en boca como de las articulaciones y musculatura implicadas.
El apretamiento o el bruxismo es muy frecuente entre los deportistas debido al estrés y la tensión que se generan durante el esfuerzo físico. En la gran mayoría de los casos se recomienda el uso de una férula de descarga (fuera de la práctica deportiva) que nos impida ejercer fuerzas excesivas, producir un desgaste excesivo de las superficies dentales y sobrecargue la articulación temporomandibular y la musculatura.
Los traumatismos bucodentales cobran especial importancia en deportes de riesgo (rugby, boxeo, artes marciales…) aunque no deben descartarse en nuestra disciplina, pudiéndose producir como consecuencia de caídas o golpes.
Por lo tanto, debemos apuntar hacia la prevención, siendo recomendable realizar de rutina dos revisiones bucodentales al año, haciendo coincidir una de ellas con la pretemporada. Igualmente importante sería vigilar otros aspectos de nuestra salud como deportistas, como podría ser el buen estado de nuestros pies. Acudir a un buen podólogo debería ser tarea indiscutible, una vez al año, para supervisar que no padecemos ninguna alteración que pueda interferir en la práctica deportiva.
Un correcto cepillado y el uso de la seda dental o cepillos interdentales después de cada ingesta nos ayudarán a prevenir la caries y el acúmulo de placa bacteriana.